Andalucía, la bella región del sur de España recorrida por el tren Al Ándalus, es una de las zonas con mayor riqueza artística y cultural de Europa. Sus orígenes se remontan al Paleolítico Inferior, con la llegada de los primeros hombres desde África cruzando el Estrecho de Gibraltar. Para los griegos, Andalucía, era el fin del mundo conocido, siendo el lugar donde el Heracles (Hércules para los romanos) puso sus columnas para indicar que más allá, no existía nada más (Non Plus Ultra).
Una etapa muy importante fue su época romana, siendo una auténtica potencia dentro de la Península Ibérica. Comenzaron a desarrollarse importantes ciudades como Hispalis, Corduba o Gades. Además, fue cuna de los grandes emperadores Trajano y Adriano y del filósofo Séneca, entre otros.
Tras la caída del Imperio Romano, llegaron los visigodos y la unificación profunda y paulatina del territorio de la Península. La costa y varias zonas del interior de la actual Andalucía, estaban bajo el control del Imperio Bizantino.
Esplendor de Al Ándalus
La mayor riqueza histórico-cultural llegó con la invasión musulmana y la formación de Al Ándalus, lugar de convivencia de las 3 grandes culturas: cristianos, árabes y judíos. Se instauró el Emirato de Córdoba como sistema político, dependiente del Califato de Damasco. Posteriormente se independizaría civilmente de este califato y Abderramán III, formaría el suyo propio, proclamando el Califato de Córdoba, un golpe de efecto internacional. Se erigieron importantes edificios como la Mezquita de Córdoba o el complejo palaciego de Medina Azahara. Con la Reconquista, Al Ándalus fueron perdiendo su influencia progresivamente. La reconquista cristiana finalizó en 1492 con la rendición de Granada a los Reyes Católicos. La herencia de Al Ándalus fue muy importante en el ámbito de la astronomía, literatura, agricultura, medicina, matemáticas, filosofía o arquitectura, muestra de ellos son la Catedral y el Alcázar de Sevilla o la Alhambra de Granada, por ejemplo.
Origen de grandes expediciones
Con fin de la Reconquista, llegó la conquista del Nuevo Mundo y Andalucía jugó un papel fundamental por su situación geográfica. Las expediciones a América partían desde Sevilla. A su puerto llegaban las mercancías de oro y plata, convirtiéndola en una ciudad rica y cosmopolita en Europa. Se trató de una época de esplendor artístico con la Cartuja de Jerez de la Frontera, los trabajos escultóricos de Alonso Cano y Pedro de Mena y la pintura de Velázquez y Murillo. Como consecuencia de la crisis política y social sobrevenida por las guerras de religión y endeudamiento de los Austrias, España entró en decadencia.
Declive y posterior crecimiento
Con la Guerra de Sucesión, llegó la dinastía de los Borbones. En este nuevo periodo, el comercio con América y el crecimiento se ralentizaron. Se intentó relanzar la economía con la creación del Archivo de Indias de Sevilla, el traslado de la Casa de Contratación a Cádiz y el fracasado intento de industrialización. Con la invasión de España por parte de las tropas de Napoleón, las Cortes de Cádiz redactaron la Constitución más avanzada, liberal y progresista de Europa, la “Pepa”. Fue un espejismo porque con la Restauración borbónica, Andalucía volvió a quedar sumida en el caciquismo e influencia de los grandes latifundistas.
La llegada del siglo XX comenzó con un gran desarrollo motivado por la Exposición Iberoamericana. Fruto de esta Exposición se construyó la hermosa Plaza de España de Sevilla, de ladrillo y azulejo.
Potencia turística en España
En la actualidad, Andalucía está totalmente integrada en Europa: abierta, grandes comunicaciones, servicios públicos de calidad y potencia turística de España. Uno de sus mayores atractivos es el lujoso tren Al Ándalus, con itinerarios de Sevilla a Málaga y de Málaga a Sevilla, que recorre las joyas imprescindibles de Andalucía como Sevilla, Córdoba, Málaga, Granada y Cádiz.
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