El tren Transiberiano es una histórica línea férrea que une la Rusia europea con el extremo oriente ruso, China y Core del Norte. Su construcción fue iniciada en 1891 por el zar Alejandro III, y finalizada por su hijo el zar Nicolás II, con el objetivo de cohesionar el Imperio Ruso y unir Oriente con Occidente.
Su construcción supuso un gran hito histórico y desde el primer momento fue una vía férrea muy transitada, tanto para el transporte de mercancías como de pasajeros, e incluso de tropas en épocas de guerra.
Poco a poco se fue creando un halo alrededor de este ferrocarril que se fue extendiendo con el paso del tiempo, mientras en él viajaban numerosos personajes históricos y era testigo, y muchas veces pieza fundamental, de importantes acontecimientos históricos.
Por todo ello, el Transiberiano ha adquirido una fama que ha transcendido las fronteras rusas y ha llegado a protagonizar numerosas películas, tanto históricas como de ficción. Quizá una de las más famosas de reciente estreno sea la película “Transsiberian”. Un thriller dirigido por el norteamericano Brad Anderson, en el que una joven pareja estadounidense decide viajar de Pekín a Moscú a bordo del Transiberiano, mientras conocen Rusia. Al más puro estilo de “Asesinato en el Orient Express”, los dos protagonistas se ven envueltos en una serie de oscuros asesinatos y tramas mafiosas.
Otra famosa película con el Transiberiano como protagonista fue la película “Horror Express”, una película hispano-británica de intriga y terror, rodada en 1972. En ella, un famoso científico británico viaja en el famoso tren transportando una extraña criatura hallada en Manchuria, mientras se van produciendo extrañas muertes a bordo, las cuales parece que puedan estar relacionadas con este misterioso ser.
Existen muchas más películas que decidieron montarse a bordo del Transiberiano. La película histórica “El Almirante”, dirigida por el ruso Andrey Kravchuk en 2008, narra cómo en alguno de los momentos sus protagonistas viajan a bordo de este tren, mientras se está produciendo la sangrienta guerra civil rusa, que enfrentaba al Ejército Blanco y al Ejército Rojo por el control del vasto país. En “El violinista en el tejado”, película dirigida por el canadiense Norman Jewison en 1971, la hija del protagonista se ve obligada a partir hacia Siberia a bordo del Transiberiano en busca de su novio, forzado al exilio en aquellas lejanas y yermas estepas; todo ello en un contexto de pueblos enteros que se ven obligados a emigrar por necesidad.
Desde su construcción en 1891, el Transiberiano se convirtió en la columna vertebral de Rusia, así lo han reflejado nos solo éstas sino muchas otras películas ambientadas en este maravilloso país durante el siglo XX.
Carlos González Sánchez (www.webyposicionamientoseo.com) - Gestores de contenidos especializados en turismo y gastronomía.